Actividades 5ºA Seño Anabella 5º B Seño Zulma
Esta semana vamos a trabajar con fracciones, acordate que te van a ayudar las actividades que venimos haciendo estas semanas.
Y vamos a experimentar con microorganismos… si!! vamos a experimentar!!!
Matemática
Para este Memotest vamos a necesitar armar un mazo de cartas como este:
Reglas del juego:
- Juego para dos, tres o cuatro jugadores.
- Se colocan las 30 cartas con fracciones boca abajo de la mesa. A la derecha la representación de las fracciones como partes de un todo y a la izquierda las fracciones.
- El primer jugador saca una carta de la derecha e indica que fracción está representada. Si se equivoca, pierde su turno. Si acierta agarra una carta de la izquierda. Si las dos cartas representan la misma fracción se lleva las dos cartas. En el caso contrario vuelve a colocar las cartas en los mismos sitios sobre la mesa.
- El siguiente jugador hace lo mismo.
- El juego termina cuando ya no hay más cartas sobre la mesa.
- Gana el jugador que pudo levantar más cartas.
A trabajar en la carpeta
Dibujar estas fracciones, recorda que una fracción se divide siempre en partes iguales, cuando las dibujes ayudate con los cuadraditos de la hoja y una regla para que cada porción sea del mismo tamaño.
Esta semana vamos a experimentar con unos microorganismos muy particulares.
Primero lee un poco de información sobre “la masa madre”, que se forma con agua y harina y todos los microorganismos y su proceso de fermentación:
Un tema complejo visto desde una perspectiva simple
Históricamente y hasta que en el siglo XIX se individualizó e industrializó la producción de levaduras panaderas, el pan se ha levado con la levadura propia de fabricar cerveza y/o con un fermento natural, realizado a partir de la fermentación “espontánea” de una mezcla de harina y agua, gracias a las levaduras y bacterias presentes en la harina.
Este último proceso de fermentación natural es conocido como masa madre en castellano, aunque en algunas tradiciones panaderas este término se utiliza indistintamente para el fermento natural y el uso de masas viejas (un trozo de masa de la hornada del día anterior) que alimenta y fermenta el pan del día siguiente.
Pero hay que ir paso a paso. Así que comenzamos ahora por el principio.
Introducción: algunas ideas muy básicas sobre la masa madre. Como se ha dicho, la masa madre está compuesta de harina, agua y toda una población de levaduras y bacterias. Las levaduras y bacterias presentes en la harina, con algo de temperatura y en un medio acuoso, van digiriendo los azúcares de la harina en lo que llamamos fermentación. El gas producido por esa actividad es el que apreciamos en las burbujas de una masa madre activa y que darán ligereza a nuestro pan.
En toda harina hay presentes levaduras y bacterias que viven en la superficie de los granos de trigo. Por ello, hay una mayor proporción de ellas en la harina integral que en la harina y blanca. Como consecuencia, es más fácil comenzar a preparar una masa madre con harina integral que con harina blanca.
Y también por ello es más rápida la fermentación de una masa madre integral que la de una blanca, por la misma razón. Pero ello también significa que en una masa madre integral se agotarán antes los azúcares disponibles (hay más microorganismos comiendo) y el ciclo de la masa madre -entre alimentación y alimentación- será más corto.
Las características de la Masa Madre dependerán, por tanto, de la harina utilizada (blanca o integral, centeno, trigo o espelta) y de la hidratación de la misma. Pero igualmente influirá la temperatura a la que viva.Las variaciones en cada uno de estos elementos (ingredientes, hidratación y temperatura, básicamente) influirán en el predominio de las bacterias o las levaduras y de la fermentación láctica o la acética. Ello consecuentemente impartirá características únicas a la masa madre en cada momento y lugar. Conocer bien el proceso, el aroma, el sabor -desde el principio- es una forma de entender y prever cuáles podrán ser las características del pan que produciremos con nuestra masa madre.
La fermentación con masa madre produce unos panes de mayor acidez que los panes elaborados sólo con levaduras de panadería.
Esa acidez más alta de los panes fermentados con masa madre tiene varios efectos positivos: ayuda a la conservación del pan, inhibe la proliferación de hongos y ayuda a mantener el pan húmedo más tiempo.
La acidez de la masa madre se debe a distintos tipos de ácidos producidos por las bacterias presentes en la harina. El equilibrio en la acidez deriva del equilibrio entre el ácido láctico (más suave de sabor) y el ácido acético (más acre), que se logra mediante la temperatura y la hidratación, puesto que las bacterias producen el ácido láctico y el acético, pero la predominancia de uno sobre otro depende de la hidratación y temperatura del medio.
Para una comprensión inicial, basta recordar que a mayor temperatura de la masa madre (y del lugar donde la dejamos fermentar), menor será la acidez de la misma y más rápida en el proceso fermentativo. Con respecto a la hidratación, en principio una masa madre sólida es más lenta que una masa madre líquida. Ello significa también, que una masa madre sólida tarda mucho más en acidificarse que una líquida a igual temperatura, pero también tardará mucho más en fermentar.
El concepto de velocidad de fermentación va referido al tiempo que tardan las bacterias y levaduras en producir actividad fermentativa (mediante la digestión de azúcares y la producción de gas. Para entendernos de manera simple, es el tiempo que tarda nuestra masa madre desde que la alimentamos con harina fresca hasta que la vemos llena de burbujas) en la masa madre recién alimentada.
Experimentando en la cocina
Vamos a necesitar un frasco de vidrio con tapa o un envase plástico con tapa hermética, harina común y agua potable.
Pasos a seguir:
Etapa 1
Mezclar en el recipiente: 50gr. de harina blanca de trigo y 50 ml. agua Tapar y dejar reposar 24 horas a temperatura ambiente. Si la tapa se abomba, dejar salir el exceso de gas, pero no dejar destapado o crearía una costra por encima.
Etapa 2
Si la mezcla del día anterior presenta burbujas en la superficie, continuar el proceso. El aspecto será parecido a este:
Si no es así, esperar 24 horas más y alargar por tanto el proceso un día más.
Añadir al recipiente del día anterior: 50 gr. de harina harina blanca de trigo y 50 ml. agua
Mezclar, tapar y dejar reposar 24 horas a temperatura ambiente. Si la tapa se abomba, dejar salir el exceso de gas, pero no dejar destapado o crearía una costra por encima.
Etapa 3
Encontraremos la masa madre fermentada, con burbujas y con mayor volumen que la marca inicial que se corresponde con la etapa anterior (Día 2). Si la masa ha tenido una fermentación muy rápida, habrá crecido y luego se habrá desplomado, dejando el cristal sucio y con trazos de haber tenido más volumen.
Si no tuviera signos de actividad, retirar la mitad de la cantidad del bote y volver a la etapa 2, alargando un día el proceso.En esta foto, ambas masas madres (centeno a la izquierda y trigo a la derecha) han fermentando aunque con una actividad limitada. Es suficiente para seguir con el proceso.
Siempre que tenga signo de actividad (burbujas o colapso) añadir al recipiente del día anterior: 75 gr. de harina blanca de trigo y 75 ml. agua
Mezclar, tapar y dejar reposar 24 horas a temperatura ambiente. Si la masa está ya fermentando al cabo de 4-8 horas, la masa madre crecerá hasta su máxima expansión (más o menos el doble de su volumen al mezclar)
Luego se desplomará (el gas se escapa de la masa) sobre sí misma. No pasa nada. No se debe pasar a la siguiente fase hasta que pasen las 24 horas indicadas. Si la tapa se abomba, dejar salir el exceso de gas, pero no dejar destapado ocrearía una costra por encima.
Etapa 4
Si la masa madre está bien activa puede utilizarse ya. A lo largo de los sucesivos ciclos de alimentación y uso (más detalles en la próxima entrega de esta serie) irá ganando profundidad de sabor y aroma, según las poblaciones de levaduras y bacterias vayan equilibrándose.Si no estuviera suficientemente activa, o queremos producir más cantidad, añadir al recipiente
del día anterior: 100 gr. de harina blanca de trigo y 100 ml. agua.
Mezclar, tapar y dejar reposar fuera de la nevera durante 4-8 horas, según la temperatura ambiente, hasta que alcance su máxima expansión. Si la tapa se abomba, dejar salir el exceso de gas, pero no dejar destapado o crearía una costra por encima.
Habremos llegado al punto deseado y tendremos una masa madre… ¡que se sale!